jueves, 4 de julio de 2013

La maternidad de la A a la Z: T de Temor

La semana pasada tuvimos nuestras primeras vacaciones en familia, junto al mar y disfrutando mucho de la peque y como estuve totalmente desconectada del mundo 2.0 no participé en el último AZ de junio (me pusisteis falta?? Espero que si, eso es que me habéis echado de menos...jejeje). Pues tras las pellas vacacionales, allá vamos. Esta semana mi palabra es TEMOR.



Temor porque junto a la ilusión, el amor y otros muchos, ha sido un sentimiento presente no desde que soy madre, sino desde que decidí que quería serlo.

Desde aquel verano en Conil del que ya os he hablado alguna vez en el que sentí que había llegado el momento, todas mis energías se concentraron en ser madre, en concebir, parir y criar a mi hij@ con todo el amor del que fuese capaz. Y ahí surgió el primer temor: y si no podía?? Y si había algún problema que me impidiese quedarme embarazada?? Ahora que sentía en lo más hondo de mi alma que la maternidad me llamaba pensaba en casos cercanos y no tanto y temía encontrarme en esa misma situación y, sobre todo, en no saber asumirlo llegado el caso.

Casi un año después y repuesta de mis males de salud llegó la ansiada noticia, había un ser del tamaño de una lentejita creciendo en mi vientre, íbamos a ser padres. Y ahí un nuevo temor; mejor dicho, varios: Irá todo bien?? Tendrá latido?? Se formará bien?? Durante esos primeros meses se venían a mi cabeza todas las historias de embarazos que no llegaban a buen término (admiro profundamente a esas mamás que han perdido a sus bebés de agua y hablan de ellos con alegría y amor), todas las complicaciones que podían surgir. Y temía hacer algo malo, que le perjudicase. Era tremenda la responsabilidad de que su bienestar, su desarrollo y su vida dependiesen cien por cien de mí y de mi cuerpo. 

En las últimas semanas del embarazo, cuando el bebé está listo para nacer, se mitigan esos temores sobre su estado y empiezan respecto a nuestras capacidades: Seré buena madre?? Sabré cuidarle?? Es tan valioso, tan importante lo que se avecina, la llegada al mundo de nuestr@ hij@ que el mayor temor es no estar a la altura.

Y por fin llega el día, ve la luz y conoce tus brazos que lo acunan como antes lo hizo tu vientre. Yo nunca sentí tanto amor, ni un temor tan grande. A que le suceda algo malo, a que se haga daño o la hieran, a perderla. Es pavor, pánico. Porque el temor a perder algo es directamente proporcional al amor que sientes por ello. Desde que nació tengo la sensación de que es tan maravilloso que no puede durar siempre, como si sólo pudiera ser madre de mi hija una temporada y luego fuesen a arrebatármela. Sé que es irracional y absurdo pero al menos, cuando me sucede, me ayuda a exprimir con más intensidad cada segundo que paso a su lado. Cada momento que me regala su adorable compañía.

12 comentarios:

  1. No es tan irracional...a mi me pasa algo parecido y todavía no he hablado de ello. Pero también tengo ese tipo de temores....
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Qué grande y qué bien descrito! Durante el embarazo no puedo decir que sintiera temor... quizá precaución sea lo que lo mejor lo defina. Pero en cuantO nació little Ana sentí pánico por todo lo que venía por delante y porque me parecía imposible que pudiera estar a la altura.

    Poco a poco el miedo va pasando, pero debo reconocer que el vértigo sigue estando ahí cuando me asomo al precipicio...

    Un abriiizo Carol!

    ResponderEliminar
  3. Ay Carol!!! Como dice el MUY, qué grande!!! Lo describiste genial... el temor es algo que me acompañó desde el positivo (y antes también si lo pienso mucho)... pero cuando nació Muriel, fue inmenso... creo que nunca sentí tanto miedo en mi vida y la angustia de imaginar que algo podría pasarle, que nada es para siempre, miedo a no estar a la altura de las circunstancias, miedo a qué clase de mamá podría ser... en fin... por más que sea un sentimiento irracional creo que nos pasa a tod@s en mayor o menor medida... la maternidad es estar al borde del precipicio (Muy te estoy robando las palabras che) cada día... la semana pasada elegí la palabra Laberinto y hoy la de Quiebre y creo que las dos van de la mano con temor... la maternidad es amor y puro temor también...

    Un besote transatlántico hermosa... te extrañamos un montón la semana pasada! No tenés twitter? el mío es @MurielyYo

    ResponderEliminar
  4. Carol, genial tu descripción... Yo misma podría haber escrito palabra por palabra todas las sensaciones de las que hablas. Me siento así desde el primer momento en que supe que iba a ser madre, y, como dice el felizmenteatado, ;) esa sensación de no estar a la altura, de asomarse al precipicio, creo que nos acompañará toda la vida.

    Un beso enorme, cielo. Estamos todas contigo :))

    ResponderEliminar
  5. Carol, pues sí. Para mi, ese TERROR que padezco me lleva a no poder seguir cenando si en las noticias hay algo sobre niños a los que les ocurren cosas malas, o haber sido incapaz de ir a ver Lo imposible al cine, por no creerme capaz de superar la angustia de esa familia que no se encuentra......

    Muy buen post, sí señor.

    ResponderEliminar
  6. ¿Quién no ha sentido esos temores de los que hablas? Durante el embarazo, cuando nace, en cada revisión médica, cada vez que enferma, cuando va al cole... uf! Como muy bien has dicho, desde que soy mamá "nunca sentí tanto amor, ni un temor tan grande".
    Un beso:-)

    ResponderEliminar
  7. Yo miedo, pánico a las complicaciones que hubieron durante el proceso de maduración, y luego también durante el día a día, que les pase cualquier cosa que no les deje ser felices.

    Bsos

    ResponderEliminar
  8. Hola Carol!

    Lo has descrito perfectamente. Mi única preocupación cuando me quedé embarazada era que estuviera bien. Estaba obsesionada. De hecho fue lo primero que pregunté cuando nació ¿Está bien? ...

    Ahora los temores si cabe son peor. Crece, va teniendo más "independencia" y cada vez que no está conmigo, como decía en mi AZ de alma, tengo el temor, el pavor de que le pase algo. Como si lejos de mí no estuviera a salvo.

    Un abrazo! ;)

    ResponderEliminar
  9. Nena, creo que es de lo más normal ese miedo... todas las madres tememos ser quienes enterremos a nuestros hijos porque es de lo más antinatural... es el dolor más grande que puede recibir un ser humano (dicho por los psicólogos y psiquiatras)
    Y pánico es lo que se siente cuando se conoce de algún criminal que dañó algún niño, o de algún accidente, una no puede dejar de aterrorizarse con la frase "y si me pasara a mi"
    y pensar que nuestras madres tenían ese mismo pánico y nosotras les pedíamos que nos dejaran viajar solos y salir de fiestas solos y demás... por eso es que una no duerme más jejeje
    esto de la maternidad es terrorismo puro... si los peques no están en linea de visión y una escucha un golpe fuerte terrorismo! esperando el llanto... y si no hay llanto una piensa siempre lo peor... terrorismo con micro-infarto, hasta que los ves sonreir y felices de ver como el carrito se estrella contra la pared...
    No queda a una más que desprenderse y tragarse el temor... auparlos para que suban el K2, sean motociclistas o arqueólogos y un montón de cosas más que son peligrosas pero que no podemos negarnos por nuestro miedo... dificil la vida materna.
    besos
    http://www.mamiandbaby.net

    ResponderEliminar
  10. tengo muchos temores de que algo le ocurra... intento no pensar en ello, pero de vez en cuando, vienen a mi mente esos penwsamientos.

    Daríamos nuestra vida por ellos que el pensar que algo les puede pasar, nos aterra!!!!

    Muy bien descrito!!!!

    BEsos!

    ResponderEliminar
  11. Vaya!!!, pues es que esos temores yo creo que los tenemos todos!, yo también tuve temores durante el embarazo, en el nacimiento y ahora cuando veo a mi niña tan feliz, tengo el temor de que aparezca algo que perturbe su felicidad..muy buena aportación, gracias por hacernos reconocer nuestros temores!!!

    ResponderEliminar
  12. Es inevitable sentir temor en la maternidad, aunque yo prefiero no pensar en los temores porque al final no sirven de mucho. Mejor vivir el presente y disfrutarlo, eso sí con respeto por lo que pueda pasar pero no miedo.

    Un beso

    ResponderEliminar